Barranquilla se asoma por la Puerta de Oro y la Ventana al Mundo

La ciudad bandera del noroeste colombiano.

Barranquilla, la ciudad bandera del noroeste colombiano, se asoma doblemente a la vida, pues a la histórica e intangible Puerta de Oro del país cafetero, pronto se sumará un referente tridimensional y verticalísimo: la Ventana al Mundo.

El estreno protocolario de esta última, previsto para los primeros días de agosto, aportará otro capítulo extradeportivo a los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, aunque ya el obelisco multicolor campea por el laberinto de las redes sociales y es tema de conversación la ciudad sede.

Cuando La Arenosa hospedó en diciembre de 1946 la quinta edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, durante la ceremonia inaugural el presidente de la República, Manuel Ospina, aludió a la capital del departamento del Atlántico como Puerta de Oro de Colombia, y el apelativo trascendió hasta la fecha como el más recurrente.

Tan es así que los comunicadores presentes en la cobertura de la reedición barranquillera de los Centrocaribes lo hacemos desde el Centro de Eventos del Caribe Puerta de Oro, una modernista construcción polivalente en la ribera occidental del Magdalena que le regala sus brisas.

Y la Ventana quiere ser para Curramba la Bella lo que el Obelisco representa en Buenos Aires, el Ángel de la Independencia en la capital mexicana o el Cristo Redentor en Río, en una proporción más modesta, cierto, pero terminará vistiéndose de símbolo citadino.

La torre de vidrio multicolor alcanza los 45 metros de altura, por el recodo norteño donde a la desembocadura del río y la Ciénaga de Mallorquín las separa un suspiro de tierra.

El que será el monumento más alto de Colombia amalgama más de 150 toneladas de metal, vidrio y hormigón y en sus fachadas combina en cadencia ascendente-descendente los matices de la bandera tricolor de la nación: amarillo, azul y rojo, a los que incorpora tintes blancos y verdes, como si fuera una paleta vertical de pintor.

Para que el nuevo símbolo fuera más autóctono es barranquillera la arquitecta Diana Escorcia, quien triunfó con su proyecto entre el centenar de colegas concursantes ante un jurado designado por el Ministerio de Cultura.

Una novedad del monumento radica en la galería de arte que hospedará las historias en las cuales Barranquilla fue una adelantada.

El conjunto se complementa con una rotonda, así que, si quiere, el mundo podrá girar en torno a su nueva ventana currambera.

Por / Prensa Latina.