Burlarse del Santo

La semana pasada el candidato de ARENA, Carlos Calleja, declaró ser un “fan” de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. En un foro realizado en Estados Unidos, el aspirante del partido oligárquico dijo que encomendó su candidatura presidencial “a Dios, a la Virgen María y a Monseñor Romero”.

Con semejante declaración, el candidato Calleja ha superado los límites del cinismo y la hipocresía, y llegó a la blasfemia. Lo que que el candidato de ARENA hizo fue burlarse de Romero, burlarse del Santo

¿Cómo puede Calleja ser “fan” de Monseñor Romero, rindiéndole culto a su asesino? ¿Como puede el presidenciable oligárquico ser admirador del Arzobispo Mártir, negando la responsabilidad del fundador de ARENA en el Magnicidio? Lo actuado por el blasfemo candidato de derecha niega la historia, ofende la memoria y -perdonen la insistencia- se burla de San Romero.

En tal sentido, la Iglesia Católica y toda la población que sigue el legado romeriano deben protestar contra Calleja (y su compañera de fórmula Carmen Aída Lazo), y exigir que ARENA pida perdón por el horrendo crimen.

Recientemente se conoció que la Congregación para la Causa de los Santos confirmó al mayor Roberto D´Aubuisson como el autor del Magnicidio. Así, el Vaticano confirma lo que ya habían establecido el Informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas y resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La Santa Sede, incluso, va más allá y vincula a las élites empresariales y sectores pudientes del país con la autoría intelectual del asesinato y la financiación de los escuadrones de la muerte que comandaba el fundador de ARENA. “La represión oligárquica armó la mano del asesino”, reza el documento vaticano sobre la vida del Arzobispo Mártir.

Ojalá que las burlas y blasfemia contra San Romero generen una indignación social que asegure la derrota electoral de Calleja y ARENA en las elecciones del 2019. Porque no puede ser Presidente de la República alguien que niegue la historia, traicione la memoria y se burle del Santo.

Elegir a Calleja sería un sacrilegio, por el cual caerían sobre el país todas las plagas y maldiciones.

Por / ARPAS.