Francia y sus migrantes, expulsados o héroes

Mamoudou Gassama encabezó titulares de la prensa nacional y del mundo.

El presidente Emmanuel Macron, impulsor de una ley de asilo que facilita las expulsiones de indocumentados, acaba de reunirse con un migrante maliense que arriesgó su vida para salvar a un niño, y es hoy un héroe en Francia.

Aunque la imagen del encuentro entre el mandatario y Mamoudou Gassama encabezó titulares de la prensa nacional y del mundo, lo que sí marcó tendencia en las redes sociales fue el espectacular video en que el joven escala la fachada de un edificio, en apenas 30 segundos, para salvar al pequeño de cuatro años, que colgaba al vacío desde un cuarto piso.

El hecho tuvo lugar el domingo en la noche, cuando el menor se encontraba solo en un apartamento del distrito XVIII de París sin la vigilancia de padres o de algún adulto, y solo el acto heroico de Gassama consiguió evitar lo que pudo ser una tragedia.

El maliense acapara estos días la atención mediática, pero no es la primera vez que ocurre un hecho así: en enero de 2015, cuando Francia vivía la conmoción de los atentados de Charlie Hebdo y del supermercado judío, un compatriota suyo también se vistió de héroe.

El también maliense Lassana Bathiely trabajaba entonces en el comercio y allí estaba en la mañana del 9 de enero, cuando el terrorista Amedy Coulibaly irrumpió armado y perpetró una toma de rehenes.

En medio de la confusión Bathiely escondió en la cámara frigorífica a la mayor cantidad de clientes que pudo, cerró la puerta, apagó el congelador, y ahí resistieron hasta el final del ataque: seis personas consiguieron vivir gracias a su rápida reacción.

De los varios atentados ocurridos en esta nación europea en los últimos años, el más letal fue el de la noche del 13 de noviembre de 2015, en el que un comando de extremistas cometió agresiones en las cercanías del estadio de Francia, en las terrazas de varios restaurantes, y en la sala de conciertos Bataclan.

Un total de 130 personas murieron a causa de los ataques, pero el saldo pudo ser mucho peor sin las acciones de Didi, el guardia del Bataclan, de origen argelino.

Hasta hoy no se conoce su nombre real ni su rostro, pues solo ha accedido a ofrecer declaraciones públicas en el anonimato de un seudónimo.

En la noche del atentado el hombre de 35 años se encontraba custodiando la puerta de entrada de público cuando vio llegar a los atacantes, quienes ingresaron a la sala por la zona del bar disparando con sus fusiles kalashnikov a cuanto ser humano tenían enfrente.

Didi, un simple guardia desarmado, encargado únicamente de mantener el orden, pudo escapar y proteger su vida, pero su decisión fue entrar.

Solo él conocía las salidas habituales y las de emergencia, así que bajo las descargas de los kalashnikov recorrió la sala mientras abría todas las puertas o ventanas, y guiaba a los presentes en un camino que significaba la salvación. Finalmente, solo partió con el último grupo que consiguió sacar.

Más de mil espectadores estaban esa noche en un concierto en el Bataclan, de los cuales 90 murieron y varias decenas resultaron heridos. Cientos y cientos de personas lograron huir y seguir con vida, la mayoría gracias a Didi.

El maliense del supermercado y el argelino del Bataclan recibieron la nacionalidad francesa en recompensa por sus actos heroicos, y el joven del edificio recién comienza los trámites para ser naturalizado, como prometió Macron.

Al mismo tiempo, también como prometió Macron, miles de indocumentados serán expulsados de Francia este año, y el próximo, y el siguiente, y siempre quedará la duda de si alguno de ellos, quizás, un día habría podido salvar la vida de un francés, como hicieron Bathiely, Didi y Gassama.

Por / Prensa Latina.