ONU : La lactancia materna salva vidas, como mejorarla en 10 pasos

Amamantar no es sólo una cuestión de madres. Las clínicas y los hospitales no están solo para curar a los enfermos, deben informar y crear un ambiente favorable. Con ese Objetivo, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF han lanzado una guía para apoyar esta práctica en los centros sanitarios que proporcionan servicios neonatales y de maternidad.

La lactancia materna o natural es la piedra angular de la supervivencia infantil, puesto que constituye la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. De hecho, no existe ningún alimento más completo que la leche de la madre para que los niños crezcan protegidos, inteligentes, despiertos y llenos de vida.

“La lactancia materna salva vidas; ayuda a mantener a los bebés sanos desde sus primeros días hasta su madurez”, declaró Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de UNICEF.

A pesar de que muchas mujeres se enfrentan a graves problemas al dar a luz fuera de los hospitales, la lactancia generalmente no es uno de ellos. Por este motivo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud consideran que son los centros sanitarios, representantes de la lucha a favor de la sanidad universal, quienes deben ejercer el liderazgo a la hora de promover esta práctica.

Los diez primeros pasos…

En 1991, estas agencias lanzaron la guía Diez pasos hacia una feliz lactancia natural, que animaba a las madres a amantar a sus hijos e informaba al personal sanitario sobre cómo promover la lactancia natural. Este documento se enmarcaba dentro de la iniciativa Programa de hospitales “amigos del lactante”, con la que UNICEF y la OMS pretendían garantizar que los hospitales resultasen acogedores para los bebés.

Los resultados muestran un impacto positivo en cuanto a las tasas de lactancia materna. Destaca, por ejemplo, el caso de Cuba, donde 49 de los 56 hospitales y centros de maternidad son acogedores para el bebé. Según los datos, la tasa de lactancia materna exclusiva a los cuatro meses de edad casi se triplicó en seis años: del 25 % en 1990 al 72 % en 1996.

Asimismo, se ha demostrado que existe una relación causa-efecto entre estas medidas y el número de intervenciones a las que se exponen las madres o la salud de los bebés. En los dos primeros años de la puesta en práctica de la iniciativa en el hospital central de Libreville en Gabón, los casos de diarrea neonatal cayeron en un 15 %, la deshidratación por diarrea disminuyó en un 14 % y la mortalidad se redujo en un 8 %.

Sin embargo, el profesor Larry Grammerstone, asesor técnico de la Organización Mundial para la Salud, resalta la falta de continuidad de la iniciativa en muchos países e indica que hay que cambiar la mentalidad de “hacerlo y olvidarlo” para que se fomente “de forma continua en todos los países”.

Hacia una feliz lactancia natural

La guía tiene un enfoque más integral, que pretende transmitir que la lactancia materna no depende de la situación económica de las familias, ni de la salud de los bebés, sino que debe promoverse para todos los niños.

Los servicios vinculados a la maternidad, como la obstetricia, la ginecología o la pediatría, deben formar parte de esta iniciativa para facilitar que las madres amamanten, cohabiten y tengan contacto “piel con piel” con sus bebés.

“Todos los niños, no importa si viene de países pobre o ricos, de sistemas públicos o privados, si son saludables o tienen muchos problemas, todos necesitan este cuidado de los diez pasos”, señala Grammerstone.

Estas son las medidas más importantes que se recomiendan a los servicios de maternidad y atención a los recién nacidos para mejorar la lactancia materna.

  • Informar a todas las embarazadas y sus familias de los beneficios que ofrece la lactancia natural y la forma de ponerla en práctica.

  • Facilitar el contacto físico y ayudar a las madres a iniciar la lactancia cuanto antes posible tras el parto.

  • Ayudar a las madres a iniciar y mantener la lactancia y gestionar las dificultades habituales.

  • No dar a los recién nacidos más que la leche materna, sin ningún otro alimento o bebida, a no ser que estén médicamente indicados.

  • Facilitar la cohabitación de las madres y los niños durante las 24 horas del día.

  • Apoya a las madres a reconocer y responder a las necesidades alimentarias de sus hijos.

  • Asesorar a las madres en cuanto al uso y los riesgos de los biberones, tetinas y chupetes.

  • Coordinar el trabajo de tal manera que los padres y sus hijos tengan acceso a servicios de atención y apoyo.

A esos ocho pasos, se añaden dos procedimientos de gestión relevantes:

  • Garantizar que todo el personal de salud tenga el conocimiento, competencias y habilidades suficientes para apoyar lactancia natural.

  • Cumplir en su totalidad con el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna y las resoluciones de la Asamblea General que resulten pertinentes. Disponer de una política por escrito relativa a la lactancia natural que sistemáticamente se ponga en conocimiento de todo el personal de atención de la salud. Establecer sistemas de supervisión y gestión de datos permanente.

 

Por / ONU.