La biblia y el uso del castigo físico para la corrección

1. El contexto

Estamos apoyando que se legisle a favor de prohibir el uso del castigo físico como método de corrección o disciplina hacia los niños y niñas. En ese debate, una inmensa mayoría, de cada 10 personas que me comentan 8 están en contra de esta prohibición.

Algunos basan su argumentación en la biblia. Pues la biblia en varios pasajes aconseja el castigo corporal como método válido.

Estos son los textos más precisos:

Proverbios 23,13-14: «No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro».

Proverbios 29,15: «La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre».

Hebreos 12,11: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”.

2. Ubiquemos los textos

Los textos bíblicos no están exento de la cultura en la que se escribe. Las costumbres, tradiciones y hasta las deficiencias de los escritores están manifiestas en los textos bíblicos.

La cultura israelita es patriarcal. El hombre ejerce el dominio en la casa sobre las cosas, sobre la mujer y sobre los hijos. Bajo esa perspectiva, también nace el cristianismo. Sobre esa lectura debemos entender los consejos de Proverbios.

Los dichos o consejos que nos traslada el libro de Proverbios los recoge del ambiente en donde vive el autor. Son costumbres que el autor considera buenas y de sentido común. Estos relatos son del año 700 al 600 a. C.

Dos preguntas debemos hacernos ¿son materia de revelación estos consejos prácticos? ¿son válidos para educar a los hijos en el siglo XXI?

3. Mis consideraciones

a) Debemos leer esos consejos prácticos del libro de Proverbios desde la predicación de Jesús, que nos habla del amor. Primero Jesús nos muestra ya no un Dios guerrero, vengativo hasta la tercera generación, sino un Dios misericordioso, bueno, tolerante. Basta con leer la parábola del hijo pródigo (Lc 15) para ver la manera en que Dios Padre acoge al hijo pecador o la actitud de Jesús para con los niños.

b) Esos textos de Proverbios eran válidos para la cultura del siglo VIII a. C., para nuestros tiempos, en donde la psicología, la pedagogía, la educación, la ciencia sobre las conductas humanas, han cambiado, debemos tener otros patrones y métodos para educar.

c) Justificar la violencia hacia los niños y niñas con unos textos bíblicos sacados de contexto es una excusa burda, que muestra ignorancia y fanatismo.

4. La situación humana

a) El adulto respecto al niño: cuando se castiga físicamente el adulto muestra su poder físico, económico y emocional sobre la víctima. Lo que tenemos en el caso no es un acto de corrección, sino un acto de desahogo. La diferencia entre castigar físicamente a un niño y a un adulto, nada más reside en que el adulto te puede regresar el golpe.

b) Muchas falacias se dicen sobre las bondades del castigo físico: que gracias a los golpes se es buena gente, o no se ha terminado en la perdición. Achacan que los males de hoy se deben a padres que no castigaron a sus hijos. Todo es falso. Las cárceles están llenas de gente que en su niñez fue violentada. La gente que ahora se considera buena, parece que no es tan buena, está dispuesta a castigar físicamente a un ser indefenso.

c) Algunos dicen que un poco de castigo es bueno. El problema es que cuando se castiga “no se está en sus cabales”, está enfadado, encachimbado, y en ese estado no se conocen límites, ni modos. Así los infantes terminan, muchos con problemas psicológicos, traumas físicos y hasta muertos. Ni poco, ni poquito. ¡Todo castigo físico es maltrato!

5. En conclusión

Si queremos, en el país, debatir en serio sobre la violencia debemos ir a las raíces de ese mal. La violencia intrafamiliar destruye vidas, forma personas insensibles, sin respeto hacia los demás.

Es inconcebible que se defienda el castigo corporal para la niñez, peor si se hace desde la fe. No se puede tolerar que un adulto se la agarre con un ser indefenso. Si un niño es violento, no se corregirá dándole más violencia, se estaría fortaleciendo la actitud. Lo que necesita es terapia psicológica, más socialización, etc.

Dejemos esos viejos paradigmas de la educación. Tanto castigo físico que se ha derrochado y el mundo sigue peor, démosle oportunidad al diálogo, a la paciencia, a la tolerancia, a la ternura y a la orientación. No tengamos miedo.

Por: Alcides Herrera.