¡La mayoría queremos paz!


No todos, sino la mayoría. Pues, la inseguridad genera grandes ganancias y hasta podemos hablar de una economía basada en la muerte.

Los que se han enriquecido a causa de la inseguridad no querrán paz. Por ejemplo: empresas de seguridad (hay más seguridad privada que policías, algunos plantean que la duplica, llegando a 50 mil guardias), los vendedores y traficantes de armas, la red de extorsionistas (mas de 60 mil familias viven de las extorsiones). Luego vienen los colaterales: servicios fúnebres, servicios hospitalarios, laboratorios de medicamentos, aseguradoras, etc.

Los que exigimos se respete el estado de derecho y los derechos humanos no estamos en contra del presidente, ni de quienes se sienten abatidos por la delincuencia. Más bien, la experiencia nos ha enseñado, que la paz no se fundamenta en la violencia, sino en la justicia.

Es falsa la retórica del miedo y de la amenaza o que el único camino es la represión. Si de verdad queremos paz, debemos erradicar las causas estructurales (pobreza, desigualdad, falta de oportunidades, cultura de la violencia, etc.) que nos han heredado a miles de jóvenes muertos en estos 27 años después de los acuerdos de paz.

Podemos encarcelar a los mas de 60 mil pandilleros, que dicen que hay, pero la realidad seguirá produciendo pandilleros, primero porque no desarticulamos las causas estructurales, y segundo, estamos con la represión fomentando el odio y el resentimiento en sus familiares y vecinos.

Todavía resulta más peligroso cuando a la represión le sumamos la polarización del tema: los que no están conmigo, están contra mi. No funciona así la realidad.

Si queremos a mediano plazo triunfar sobre la inseguridad, pues a corto es imposible, busquemos unidad y no polarización.

Por: Alcides Herrera.