Una historia sobre imperialismo

Juan era pobre y su familia numerosa. Vivía a la par de Sam, quién tenía una gran mansión, piscina, zona verde. Era el modelo de familia exitosa, el sueño de cualquier vecino.

Cuando a Sam se le arruinaba el agua potable, se rompía una ventana o había que podar la grama acudía a Juan. También la esposa de Juan prestaba servicio en la casa de Sam, tales como: lavar, planchar, hacer limpieza, etc.

De vez en cuando Sam le donaba algunos enseres a la familia. O cuando compraban nuevas camas o equipos estos terminaban en la casa de Juan.

Juan era útil para Sam y viceversa.

Los problemas se empezaron a dar cuando Juan salía a trabajar donde otras personas y no podía acudir en el momento que lo ocupaba Sam. Este se molestaba y se indignaba, pues tan bueno era con Juan y él se mostraba desagradecido.

Un día Juan se sacó la lotería, hizo su casa, compró carro y puso un taller. Tenía los ingresos necesarios para vivir con dignidad. No volvió a trabajar donde Sam.

COROLARIO

Al vecino rico siempre le favorece que estés pobre. Te explota y encima debes estar agradecido. Buscará que te mantengas siempre dependiente de él. Así actúa EEUU con nuestros países.

Encima que hay 2 millones trabajando por la economía de EEUU, pagando impuestos, consumiendo, etc., debe El Salvador estar agradecido y estar siempre de su parte en los temas internacionales.

Luego, importamos mas de 5 mil millones de dólares en productos, se queda con el 15 por ciento de las remesas, les cobra impuestos a mas de 200 mil salvadoreños por TPS, nos impone leyes, pero por cualquier excusa condiciona la cooperación.

Por: Alcides herrera.