“Monseñor Romero, en su homilía en el Primer Domingo de Adviento trató varios puntos. Habían aprobado la Ley de Orden Público, que buscaba detener el movimiento popular -en el contexto del conflicto interno-, y él habló que esa ley debería ser racional y no un capricho de un grupo de poder, y creo que esto se puede aplicar a la actualidad”, dijo el sacerdote Juan Vicente Chopin, también responsable del doctorado en Teología, Universidad Don Bosco.
En la Cripta de San Oscar Romero, en Catedral Metropolitana, el padre Juan Vicente Chopin ofició la misa del Primer Domingo de Adviento, con la comunidad de la Cripta, que calificó un lugar de mucha inspiración por la presencia del obispo mártir.
La corona de Adviento va marcando cada una de las cuatro semanas previas a la Natividad de Jesucristo el 25 de diciembre. La corona que semeja hojas de pino contiene cuatro velas y se van encendiendo, una a una, cada semana, como parte de la preparación a la Navidad. Cada vela tiene un significado distinto, así como las lecturas bíblicas.
En su reseña sobre la palabra de san Oscar Romero, que los años que vislumbraron el conflicto armado, que tuvo doce años de duración (1980-1992), en el Advenimiento de Jesús pidió a los feligreses la “vigilancia”, o disposición espiritual para “recibir este hermoso tiempo de preparación de la Navidad”.
En la homilía del 3 de diciembre de 1978, monseñor Romero señaló que el Adviento, ante un mundo que necesitaba transformaciones sociales, y que no se podía, pedirle a la gente “encarnar la justicia del cristianismo”, o ser agente de cambio, si en las estructuras de poder no habían “hombres nuevos, sin vicios, ni egoísmos”.
El padre Chopin hizo una analogía con la situación actual y la reforma a la Constitución de la República, por parte del Gobierno del presidente Nayib Bukele, misión asignada al vicepresidente Félix Ulloa, el pasado 24 de agosto, según el Diario Oficial. El Estudio y Propuesta de Reformas a la Constitución de la República, cuenta con cinco juristas más, quienes supuestamente, dotarán al país de una legislación eficiente, moderna y actualizada a las necesidades de la población.
“Hay un esfuerzo por hacer una propuesta de reforma, una especie de constituyente, entonces allí, podríamos aplicar el pensamiento de monseñor Romero, en donde insistiría que este esfuerzo no fuera por un capricho individual de una persona, sino que, responda al bien común -como lo dijo en su momento-. También, Romero habló que la predicación de la Iglesia debería tener un impacto histórico, que no debería ser una espiritualidad desencarnada, sino de tratar de transformar las realidades temporales, sin quedarse en un mero historicismo, sino buscando siempre la trascendía”, expresó.
Sobre el mensaje del Evangelio y la vida de Jesucristo, monseñor Romero, señaló el padre Chopin, siempre estuvo relacionado a asumir las responsabilidades y cumplir con el profetismo de la Iglesia católica, en el tiempo que le toque enfrentar. “Monseñor Romero, de haber estado con vida, tendría una palabra muy fuerte con la denuncia a la crítica social o en el tema del ejercicio del poder en El Salvador, en un sentido amplio, ya sea por el Gobierno, y las otras instancias que conforman el Estado salvadoreño. Actualmente, hay una crisis y creo que monseñor Romero haría un llamado a la unidad y la cordura, no solo responder a intereses partidarios, individuales o grupos de poder, sino también buscar el bien común, el bien colectivo”, argumentó.
Sobre el escenario de las elecciones municipales y legislativas, para el próximo año, el padre Chopin instó a la población a estar “bien informados”, y tener cuidado con los puntos de vista políticos, que pudieran llevar a una crisis social.
“Hay mucha corrupción en El Salvador, en instancias políticas, pero como cristianos estamos llamados a defender la dignidad humana, el bien común y el Estado de Derecho. Y si estas tres cosas entran en peligro, entonces debemos reflexionar muy bien, antes de emitir un voto. Hay que pedirle a Dios iluminación para tomar la decisión en ese sentido”, acotó.
COLATINO.