Presupuesto 2021 es arma electoral de Nayib Bukele

Presidente del Legislativo, Mario Ponce, recibe presupuesto del ministro de hacienda, Alejandro Zelaya. Foto | Verdad Digital.

El Movimiento de Profesionales por la Transformación de El Salvador (PROES), afirmó que el proyecto de presupuesto 2021 es un arma de lucha electoral del presidente Nayib Bukele.

El PROES enumeró sus argumentos respecto a su aseveración:

1. El monto del presupuesto asciende a US$7,453.5 millones (16% mayor al de 2020) y supera las posibilidades de recaudación tributaria por concepto de IVA, renta empresarial y salarial, aranceles y algunos impuestos selectivos al consumo. Las cifras proyectadas en recaudación tributaria nos llevan a suponer que el Gobierno pretende hacer un fuerte ajuste fiscal luego de las elecciones de 2021.

2. En 2019, el PIB fue de US$27,022.6 millones y la recaudación por IVA ascendió a US$2,215.2 millones, equivalentes al 8.2% del PIB. Ese porcentaje ha sido el promedio de los últimos 10 años. Para 2021, el Gobierno estima un PIB de US$26,164.9 millones y una recaudación por IVA de US$2,643.4 millones, que representarían el 10.1% del PIB. Es obvio que la recaudación está sobreestimada en cerca de US$430 millones.

3. El ministro de hacienda dice que lograrán esa recaudación del IVA porque combatirán la retención ilegal de ese impuesto, algo que hasta hoy sigue siendo promesa. Puede haber otra explicación que el ministro no menciona: aumentar el IVA de 13% a 16%, un compromiso adquirido por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional, tras la aprobación del préstamo de US$389 millones en el contexto de la pandemia.

4. Un aumento de la tasa del IVA dispararía los precios y afectaría a la población, sobre todo la de menos ingresos. También aumentaría los costos de producción y tendría un efecto contractivo en la actividad económica, el empleo y el consumo.

5. Otro impuesto cuyo aporte al fisco está inflado es el de la renta, pues el mes de mayor recaudación (abril) corresponde al pago de las utilidades de 2020, las cuales se desplomaron en la mayoría de empresas. También han caído los salarios por la pérdida de 75,000 empleos. La renta estimada para 2021 (US$2,061.2 millones) es casi igual a la estimada para 2020 (2,072.4 millones), cuando para ese año se esperaba un PIB de US$27,725.5 millones, o sea, mayor al de 2021 en US$1,560.6 millones. La recaudación de renta está inflada en poco más de US$100 millones.

6. La recaudación por IVA y renta, que está sobreestimada, proporciona el 85% de los ingresos tributarios. Pero el Gobierno también sobrevalora la recaudación por otros tributos al consumo y por aranceles a las importaciones, cuyo aumento se estima en 55% con respecto a lo que obtendrá al cierre de 2020.

7. En síntesis, el proyecto de presupuesto tiene una sobreestimación de ingresos tributarios cercana a los US$600 millones, entre IVA, renta, aranceles y algunos impuestos selectivos al consumo. Y pese a ello, requiere endeudamiento por US$1,342 millones para cubrir la brecha fiscal. Se trata, por lo tanto, de un presupuesto que conduciría a un aumento del IVA y a un excesivo incremento de la deuda pública, que este año cerrará en un 92% del PIB.

8. Aunque el proyecto de presupuesto tiene un incremento en salud, educación, seguridad, agricultura y otras áreas sociales y económicas, no se conocen los detalles de las inversiones de los ministerios para saber si responden a las necesidades de la población. Han pasado cinco días desde su presentación ante la Asamblea Legislativa y el Ministerio de Hacienda no ha colocado esa información en su sitio web.

9. El proyecto de presupuesto no tiene sustento técnico. Más bien parece un instrumento de lucha política electoral por parte del presidente Bukele, quien ordenó incrementar la inversión social sabiendo que la recaudación real no alcanza para financiarla, con el fin de atacar a la Asamblea si no lo aprueba.

10. Si el proyecto se aprueba como ha sido formulado por el Órgano Ejecutivo, el pueblo debe estar atento para impedir que el Gobierno haga ajuste fiscal regresivo después de las elecciones, pues tal ajuste anularía los impactos de la inversión social y generaría más pobreza.

Por: Verdad Digital.